Es importante recordar que la imagen corporal no sólo tiene que ver con el peso o la forma del cuerpo. También puede referirse a cosas como:
Compararse con otras personas (por ejemplo, amigas, familiares o personas en las redes sociales).
Sentir que nuestra apariencia (por ejemplo, complexión y tono de piel, cabello y expresión de género) no está representada o aceptada en la sociedad.
Batallar por encontrar ropa que nos quede bien y/o con la que sintamos comodidad.
Usar ropa holgada que oculte nuestro aspecto.
Batallar por aceptar o apreciar características únicas de nuestra apariencia, como el pelo, el acné, las marcas de nacimiento, las cicatrices, las heridas o las discapacidades.
Sentir que nuestro cuerpo no corresponde con nuestra identidad de género.
La gente hace suposiciones sobre nosotros y lo que nuestro cuerpo puede hacer basándose en nuestra apariencia (por ejemplo, el tono de piel, el pelo o el tipo de cuerpo).
Cuando utilizamos el término "niña", nos referimos a cualquier atleta menor de 18 años que se identifique como niña. Cuando utilizamos el término "mujer", nos referimos a cualquier atleta mayor de 18 años que se identifique como mujer, independientemente del sexo que se le asignó al nacer. Para conocer los diferentes aspectos de la identidad de las niñas que hay que tener en cuenta cuando se entrena a niñas, visite CoachingHER.com.