La comparación con otras personas, por ejemplo comparar nuestro aspecto con el de las celebridades que vemos en los medios o comparar nuestros talentos y habilidades con los de las colegas o adversarias.
Comentarios positivos y/o negativos que refuerzan los ideales de apariencia. Ya sean negativos (por ejemplo, "mis muslos son demasiado grandes") o positivos (por ejemplo, "te ves muy bien, ¿has adelgazado?"), todos los comentarios sobre la apariencia pueden hacer daño. Esto se debe a que hacen hincapié en la apariencia en vez de la valoración de nuestras cualidades intrínsecas, acciones, intereses y actividades.
Un compromiso entre atletas y equipos para crear un espacio en el que se evite la charla sobre las apariencias y/o desafíen este comportamiento cuando ocurra.
Vigilancia frecuente del propio cuerpo y preocupación por su aspecto (por ejemplo, mirarse con frecuencia en el espejo, ajustarse la ropa para tapar determinadas partes del cuerpo).
El acto de ridiculizar o burlarse del aspecto físico de una persona. Puede incluir, pero no se limita a, humillaciones sobre la gordura, la delgadez, la altura, la vellosidad (o de la falta de vellosidad), el color del pelo, la forma del cuerpo, la musculatura (o de la falta de musculatura), la apariencia (por ejemplo, los rasgos faciales) y otras diferencias visibles (como quemaduras, cicatrices, discapacidades, etc.).