Es importante que, al considerar la imagen corporal, tratemos de reducir las preocupaciones y al mismo tiempo fomentemos una relación integral con nuestros cuerpos. Al abordar las preocupaciones relacionadas con la apariencia, así como al aprender cómo apreciar nuestro cuerpo y cómo conectar con él, podemos aprovechar todo nuestro potencial y llevar una vida que tenga sentido. Tener una imagen corporal positiva nos permite aceptar y apreciar nuestros cuerpos y lo que pueden hacer, sin importar cómo se vean.
También es más probable que escuchemos qué necesita nuestro cuerpo y se lo proporcionemos, y que podamos prestar menos atención a las presiones sociales dañinas. La sociedad y el ambiente deportivo también desempeñan un papel importante en cómo percibimos y nos conectamos con nuestro cuerpo. Las investigaciones demuestran que cuando las personas practican deportes en ambientes incluyentes que ofrecen un espacio seguro para todos los tipos de cuerpos, es más probable que aprecien, se conecten con su cuerpo y lo escuchen.
Como persona a cargo del entrenamiento, tienes la oportunidad de propiciar estos espacios para tus atletas, y de esta forma, puedes:
Evitar que las atletas abandonen el deporte por preocupaciones relacionadas con su imagen corporal.
Ayudar a que las atletas recuperen la confianza en su cuerpo en el ámbito deportivo.
Permitir que las atletas disfruten y sobresalgan en los deportes que les gustan.
Centra tu entrenamiento en el bienestar del deportista y en lo que su cuerpo puede hacer, más que en su aspecto físico.
Una vez que hayas establecido un ambiente en el que puedas prevenir, reconocer y abordar eficazmente las preocupaciones relacionadas con la imagen corporal, si es que se presentan, también puedes comenzar a incorporar prácticas positivas sobre esta. Recuerda, la imagen corporal negativa y la positiva pueden existir simultáneamente, de modo que es importante abordar ambas.